El estuco es una pasta de grano fino compuesta por yeso, polvo de mármol y cola, que se endurece por secado y se utiliza sobre todo para enlucir paredes y techos. Admite numerosos tratamientos, entre los que destacan el modelado y tallado para obtener formas ornamentales, el pulido para darle una apariencia similar al mármol y el pintado polícromo con fines decorativos.
El estuco se empleó ya en las antiguas Grecia y Roma como base para las pinturas al fresco, algunos de cuyos restos se conservan en Roma y Pompeya. Los árabes lo utilizaron con frecuencia para sustituir al mármol, tallándolo en forma de mozárabes, atauriques u otros motivos ornamentales como los que se pueden contemplar en la Alhambra. Durante el renacimiento italiano se perfeccionaron un gran número de técnicas, que más tarde se difundieron por toda Europa. El estuco blanco se utilizó mucho en los muros de las iglesias, en ocasiones para pintar figuras de ángeles. Rafael y otros artistas de la época utilizaron frisos de estuco coloreado para decorar palacios y pabellones. Entre los más relevantes destacan los relieves de Francesco Primaticcio (1533-1565) para el castillo de Fontainebleau, cerca de París. Sin embargo, este material alcanzó sus cotas más espléndidas durante los siglos XVII y XVIII. Tanto el barroco como el rococó decoraron con estuco sus interiores, especialmente en Baviera y Austria, donde los palacios e iglesias de peregrinación presentaban estucos polícromos con infinidad de formas —motivos especulares, columnas pareadas y elaborados altares—. El arquitecto inglés Robert Adam también lo empleó para sus exquisitas ornamentaciones de paredes y techos, en un estilo neoclasicista menos
El término estuco, proviene del italiano stucco, siendo una forma de terminación o decoración de paredes y techos, interiores o exteriores, basada en pinturas y diferentes tipos de morteros, que permite la obtención de diferentes texturas. Dada su versatilidad, se adapta a cualquier tipo de construcción o época. Además de una función decorativa, refuerza el muro y lo impermeabiliza pero permite la transpiración natural.
El estuco más famoso es el veneciano, también llamado "Lustro Veneciano". Es un revestimiento que se inventó en Venecia (Italia) a comienzos del siglo XV. Su acabado muestra una pared plana, lisa y brillante como un cristal, con diferentes tonalidades de color, de gran belleza.